Hay un chiste en el cual preguntan cuántos psicólogos se requieren para cambiar un bombillo, te dicen que la respuesta es uno, pero que el bombillo debe querer cambiar. Es un chiste muy malo efectivamente, pero acertado si lo aplicamos a un tema de suma importancia, la sostenibilidad. Las empresas privadas son vitales para lograr frenar el cambio climático, cosa que la gran mayoría de estas desconocen o no valoran. Si bien es obligación del gobierno generar medidas que fomenten la transición a una economía más verde, reducir monopolios y oligopolios y fomentar inversiones tecnológicas privadas y gubernamentales; el sector
privado tiene peso para la economía actual y es capaz de exigir la creación de medidas. No obstante, para que una empresa funcione en una economía verde esta debe ser sostenible y debe querer ser sostenible.

¿Cómo se logra esto internamente? Cambiando la cultura dentro de la empresa en cinco sencillos pasos.

La sostenibilidad se basa en tres aspectos:

  1. el bienestar social
  2. ambiental
  3. económico

Las empresas suelen orientarse a cumplir con el último aspecto únicamente, lo que genera que la institución labore en un ambiente llamado “Business As Usual” que significa que mantiene sus negocios en una forma usual y que se ha mantenido lineal desde el comienzo de los tiempos. El deber del especialista ambiental en primera instancia es lograr que el equipo confíe en él y en su trabajo. ¿Por qué es esto importante? Porque es la única forma en la cual el equipo de trabajo se sentirá tranquilo expresando sus necesidades, metas, dificultades, carencias, visiones y demás que son esenciales para el desarrollo de estrategias de crecimiento económico considerando el bienestar social interno, externo y medidas de control ambiental que permitan su éxito en los tres aspectos mencionados, generando así desarrollo sostenible.

El especialista ambiental debe comunicar de manera concisa y específica lo que la empresa requiere para una transición sin problemas hacía la sostenibilidad sin importar conflictos de interés, lucha de egos o incluso corrupción. Se volvió muy popular un dicho mexicano tras una producción de Telemundo que dice “tu tranquilo y yo nervioso,” y esto es aplicable a lo que un especialista ambiental siente día a día ya que cuando las cosas cambian, aunque sea para bien, siempre se señalará a alguien. Se vive con la presión de cumplir con su compromiso al desarrollo sostenible antes que con cualquier otra cosa; sin mencionar qué debe transmitir la mayor tranquilidad posible para que el equipo mantenga la confianza. Ese es el primer paso, lograr que tu equipo y, sobre todo, tu líder inmediato confíe en ti.

Hay claras diferencias entre un jefe y un líder. El jefe da órdenes, asume su cargo y lo recalca sin cesar, y como decimos en Honduras, en ocasiones deja vendido a su equipo. Un líder guía e instruye, escucha criterios, se encuentra dentro de la trinchera con su equipo y jamás los deja sin su protección. Pero quizás, la más clara diferencia es que el líder está abierto al cambio que logre que su empresa sea sostenible sin importar la crisis financiera, la pandemia o cual sea el desafío que se presente; mientras el jefe se preocupa únicamente por generar y producir sin considerar si su equipo está bien, si su entorno puede mejorar o si se aproxima un nuevo desafío mundial.

El esfuerzo por lograr el cambio a la sostenibilidad no es de una sola persona, es de todos, desde el más pequeño eslabón de la empresa hasta el más grande. Es común conocer empresas que solo se interesan por hacer greenwashing y engañar a las personas para que consuman más de lo que venden o lo que brindan cuando en realidad sus especialistas ambientales se encuentran reprimidos y restringidos en sus acciones por mantener o aumentar el factor económico.

Un buen líd

er fomenta las decisiones grupales, respaldadas con información y no reprimen a su equipo porque saben que una empresa unida es una empresa capaz de mejorar.

El líder de este cambio debe ver a todos y sus necesidades por igual, desde los asociados y gerencia hasta el equipo de instalación y aseo. Ese es el
segundo paso, liderar justamente y con apoyo de todos.

Equipo proteger

Una persona nunca sabrá absolutamente todo sobre todos los temas y esto aplica no solo a las personas sino a las empresas. Dependiendo el rubro, una empresa puede tener a muchas personas que hacen lo mismo o cosas similares; o puede tener a personas que hacen cosas distintas orientado a una misma meta.

El segundo es preferible ya que la primera opción nos deja en un ambiente sumamente controlado donde no ocurren pensamientos disruptivos, ni intercambio de conocimientos en distintas áreas, permanece el Business as Usual y el colaborador solamente se preocupa por hacer su trabajo y nada más. Es clave para el camino a la sostenibilidad el intercambio de ideas, el especialista ambiental debe contar con la confianza, el liderazgo y apoyo de todos para enseñar sobre lo que sabe respecto al desarrollo de tareas más limpias, eficientes y éticas, mientras el equipo también debe sentirse cómodo para compartir sus labores, sus procedimientos, como funcionan las cosas en su área, etc., y lograr procesos sostenibles en toda la empresa. Es en este momento donde se empieza a generar el cambio de un sistema Business as Usual a economía circular, es cuando se empieza a crear consciencia dentro del equipo de trabajo sobre su poder como consumidores, maneras de hacer lo que siempre han hecho de mejor forma y planificar un producto o servicio por el valor total de la suma de sus partes y no simplemente por su costo. Solo así el equipo conecta, se transforma e inicia a cambiar su cultura. El establecimiento de alianzas es igualmente importante ya que, en las empresas donde las personas hacen cosas distintas estas labores se orientan a una misma meta, pero el cambio climático y el desarrollo sostenible no funcionan así, debe atacarse desde todos los frentes posibles. Es por ello que aliarse con empresas, organizaciones y personas que tengan el mismo compromiso con la sostenibilidad y el cambio climático es vital, porque todos somos un equipo y necesitamos apoyo en nuestros frentes. Ese es el tercer paso, fomentar y consolidar el intercambio de ideas y experiencias dentro y fuera de la empresa.

Para una empresa en crecimiento o incluso una totalmente consolidada, el establecimiento de políticas y procesos obligatorios que aseguren el bienestar e integridad social del público en general, el respeto y la ética hacía el medio ambiente y el crecimiento económico es esencial. Por lo que la creación de una estrategia que tenga en mente el producto, el proceso, las personas, el planeta y la prosperidad, es esencial para mantener un claro camino a la sostenibilidad; este debe ser comprometedor y respetado por toda la institución. De esta estrategia surge la necesidad de establecer políticas y procesos en pro de la sostenibilidad. Es una ardua labor que requiere mentalizar lo que la empresa necesita y lo que el mundo necesita. Es bastante tedioso pero útil para el crecimiento empresarial, la prevención de corrupción, la mejora de la sociedad y la incorporación del medio ambiente al modelo de negocios.

Los Objetivos del Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas son clave para el desarrollo de estos documentos ya que, al menos por un tiempo, son los que empresas y gobiernos deben incorporar en su día a día. Este paso reúne los anteriores en un esfuerzo por aplicar lo aprendido y poder establecer la primera metodología sostenible de la empresa, es el cuarto paso, diseñar y establecer estrategias, políticas y procesos aplicables a estándares internacionales para ser verdaderamente sostenibles.

La paciencia es una virtud, así como la comprensión. El último paso es ser muy paciente y comprensivo, ya que cambiar la cultura y el pensamiento que una persona ha tenido por muchos años es difícil, frustrante, a veces incluso se pierde la fuerza de seguir luchando por un cambio. Es común que la sociedad en general se burle o no vea la importancia de cambiar sus hábitos, es de hecho un mal de la humanidad como tal, creer que el mundo este hecho para ellos cuando no es así. La humanidad no debe solo tomar todo lo que quiere porque estamos en un mundo finito, con agua que se agota, flora y fauna que desaparece y el exceso de gases de efecto invernadero en la atmósfera.

El mal de la humanidad es pensar que las cosas cambian si ellos siguen llevando la misma vida de excesos. La cantidad de emisiones jamás disminuirá si seguimos utilizando combustibles fósiles y priorizándolos antes que la energía renovable, no disminuirá si seguimos alimentándonos con dos tipos distintos de carne en cada tiempo de comida siete días a la semana; la contaminación del agua y el aire seguirá su curso si seguimos respaldando y consumiendo de industrias que no respetan al medio ambiente solo porque “nos gusta mucho y no podemos dejarlo;” esa empresa que vende la ropa que tanto te gusta seguirá lucrándose y explotando a niños para que uses un pantalón tres veces.

El momento en que la humanidad por igual se dé cuenta que el dinero vale absolutamente nada si no hay recursos para producir y personas con necesidades que suplir debe ser ahora. La metodología actual claramente no funciona si nos llevamos a nuestro planeta de encuentro, la ciencia muestra resultados y recalca que ya no hay tiempo, pero todo sigue igual. Tener la paciencia para compartir esta realidad y la comprensión para entender que ciertas personas requieren más esfuerzo que otras, es vital, porque si se logra transformar el pensamiento de 58 personas dentro de una empresa, son 58 personas menos haciendo lo mismo que el resto del mundo. Si esto se repitiera en las más de 60 mil empresas de Honduras el impacto sería trascendental y si lo mismo se hiciera en el mundo probablemente frenaríamos al cambio climático.

Entonces, ¿qué necesita un especialista ambiental para liderar el camino hacia la sostenibilidad de una empresa? Confianza, liderazgo, apoyo, intercambio de ideas y experiencia, estrategias, políticas, procesos, paciencia, comprensión, pero, sobre todo, la empresa debe querer cambiar.